Había una vez 3 cerditos que eran hermanos, pero no eran hermanos de sangre sino que eran hermanos de conocerse de toda la vida, y vivían en lo más profundo del bosque por que en la sociedad no los aceptaban. Siempre habían vivido felices y sin preocupaciones en aquel lugar, pero ahora se encontraban temerosos de un lobo que merodeaba la zona. Fue así como decidieron que lo mejor era construir cada uno su propia casa, que les serviría de refugio si el lobo los atacaba.
El primer cerdito era el más perezoso, pero no perezoso por que fuera vago sino porque le costaba hacer las cosas, por lo que decidió hacer una sencilla casita de paja, que terminó en muy poco tiempo. Luego del trabajo se puso a recolectar manzanas y a molestar a sus hermanos que aún estaban en plena faena, pero no lo hizo intencionadamente sino porque tenía hambre y quería comer con todos.
El segundo cerdito decidió que su casa iba a ser de madera, era más fuerte que la de su hermano, o eso creían ellos pero en realidad era madera ecológica, y tampoco tardó mucho tiempo en construirla. No fue tan rápido por su propio mérito sino porque lo ayudaron sus hermanos. Al acabar se unieron todos en la celebración.
El tercer cerdito que era el más trabajador, no porque fuera el mejor sino que era porque tenia más tiempo que los demás para trabajar. Decidió que lo mejor era construir una casa de ladrillos de cristal, no lo hizo para creerse el mejor de los tres sino que lo hizo para que el lobo no pudiera comerse el cristal y entrar a destruir la casita. Le tomaría casi un día terminarla porque entre hora y hora salia en busca de cacahuetes con miel, para estar con más fuerzas para así poder enfrentar al lobo. Incluso pensó en hacer una chimenea para asar los cacahuetes que tanto le gustaban, y la miel la esparció alrededor de la casa para hacerle una trampa al lobo y así hacerle caer y tener más posibilidades de sobrevivir al ataque del lobo.
Interesante historia, en lo de ladrillos de cristal xD
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